Viaje de México a España para tratar la adiccion a la heroina

Miedo a un síndrome de abstinencia que nunca llegó. Dormido 8 horas para luego tener las ideas claras.

Nayo es de Guadalajara, capital y urbe más poblada del estado de Jalisco en México. Desde los 17 años no ha dejado de entrar y salir en centros de desintoxicación mexicanos intentando dejar atrás su adiccion a la heroina y abuso compulsivo de todo tipo de drogas: metanfetamina inyectada, fentanilo, heroína, éxtasis, anfetaminas, drogas psicodélicas, todo tipo de opiáceos o lo que pudiera pillar en ese momento, cuenta él mismo.

Una realidad seguramente demasiado conocida por los más de medio millón de jóvenes mexicanos que actualmente son dependientes a una droga ilícita, según señala la última Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) del propio país.

El viaje a España

Hasta que hace cerca de dos meses, Nayo decidió emprender un largo viaje al lado de su madre. Cerca de 10.000 kilómetros separaban a Nayo de un tratamiento avanzado para su adicción que se realiza en un centro de desintoxicación español: “TAVAD está a años luz de América, no he visto un centro tan avanzado como el vuestro y he estado en muchos, desde los 17, hoy tengo 25. He visto bastante… Creo que ni en EE.UU hay nada parecido. Yo lo llamo el tratamiento del Primer Mundo”.

En realidad pensaba que TAVAD iba a ser lo de siempre… Llevo desde muy joven en esto, he estado en muchos centros en México. Cuando empiezas un tratamiento o te internas en un centro, en mi caso siempre ha sido porque ya no podía más con la presión de mi familia… Lo hacía para que me dejaran tranquilo una temporada pero yo siempre sabía que iba a volver, que no iba a dejarlo. Llevo ya casi un mes en España y no he vuelto a consumir heroína, ni ninguna otra droga.

Una conciencia mejorada

Hoy Nayo se siente fuerte, en paz y vivo. La realidad de TAVAD con la que se encuentra al llegar a España“es fascinante”, remarca con tono entre orgulloso y como bendecido.

El día que Nayo ingresó en el hospital de TAVAD para comenzar el programa de desintoxicación UROD, algo en su cerebro cambió: Cuando desperté de la UCI, estaba  muy cansado físicamente, como si  hubiera corrido mil kilómetros sin descanso. Pero fue algo increíble, no te imaginas el miedo que tenía a que apareciera la malilla –como coloquialmente llaman al síndrome de abstinencia en México- , a despertarme, sentirla y nada de eso llegó nunca a suceder. Estaba agotado pero no lo puedo comparar con una “malilla”, nada que ver. Estuve 3 días ingresado y cada día me fui encontrando mejor que el anterior.

Desde que hice el tratamiento, sólo hay una palabra que creo lo resume todo: BIENESTAR. Respiro hondo y eso es lo que siento: bienestar. Hacía tanto tiempo que no experimentaba esta sensación… Mi mentalidad, mi conciencia, han cambiado drásticamente, me quedo sin palabras con vosotros.

Yo lo que estoy es “flipado”,  no sé decirlo con otra palabra. Flipado porque en tan pocos días me hayan desintoxicado y no tenga ganas de consumir. De hecho al segundo día me hicieron una prueba de naloxona en el hospital y no tuve ninguna reacción, siempre te quedan restos, es increíble que en 24 horas  te quiten toda la mierda del cuerpo.

Tantos años anestesiado… ahora lo veo, era un muerto en vida. Antes me daba cuenta pero no lo sentía, no era consciente de lo que hacía, no me importaba nada. Al final sólo vives para conseguirla, lo que sea para pasar la malilla. Eso no es vivir.

Yo lo llamo el tratamiento del Primer Mundo. Mi conciencia ha cambiado drásticamente. Clic para tuitear

Para Nayo, al tratamiento y programa de TAVAD no le falta de nada: Es un tratamiento integral, primero porque no estoy encerrado como si fuera un animal, soy una persona y nadie me tiene que contener. Segundo, he podido salir, irme de fiesta, ponerme de lo que fuera aquí en Madrid y simplemente ni mi cabeza ni yo hemos querido. Tercero, el trato de todo el equipo de TAVAD, en todos los sentidos, es espectacular, cada uno en vuestro área hacéis un trabajo increíble. Por ejemplo, el trato tan personal y cercano que estoy teniendo con mi terapeuta no puedo compararlo con nada que haya tenido anteriormente. En realidad, nunca había vivido un programa de desintoxicación de esta forma, ni parecido.

En México hay de todo, patrullas espirituales, granjas, anexos, sectas… donde siempre lo que te dicen que es Dios el que nos hará libres, el que nos salvará y curará de esta maldita adicción. A mí me curó la ciencia, este centro, TAVAD, es ciencia.

TAVAD le dio la chispa a mi visita a España, ha sido como un regreso a la vida.  En un mes he sentido más que en los últimos 10 años, date cuenta que yo he vivido anestesiado pero ¿Sabes…? Con el mindfulness del centro he aprendido que a veces sentirte mal es parte de estar bien, de sentir que estás vivo. Ahora también siento mucha culpa, por todo lo que hacía y cómo lo hacía cuando estaba en ese estado, chutarme delante de mi madre, de mi mujer… Incluso con mi hija revoloteando por la casa, no me lo perdono pero quiero recordarlo para no volver a hacerlo, no sé cómo fui capaz. La droga saca lo peor de ti mismo y te hace ser un monstruo con la gente que te rodea. Yo buscaba la droga para ser más asertivo, estás acostumbrado al hedonismo y ahora que lo sientes todo, es maravilloso pero tengo que aprender a gestionar mis emociones y lo que siento, para eso me está sirviendo el programa de mindfulness de TAVAD.

Me siento bendecido y agradecido, ha sido un esfuerzo económico pero es un dinero bien invertido, de eso no hay duda. Si al final merece la pena, salvas tu vida ¿Qué más da lo que te gastes? Las cosas que valen la pena como TAVAD, nadie les da el crédito que se merece. Yo haré lo propio contando mi recuperación en México, aportaré mi parte, a mí me ha servido. Falta un centro así en México, estáis a años luz de cualquier centro de allí”

Me queda una semana en España y luego continuaré de forma ambulatoria las sesiones con mi terapeuta. Mi mujer está feliz, mi madre está feliz, muero de ganas de ver a mi hija… A México va a llegar la mejor versión mí para ellas. Tengo tantas ganas de hacerlo bien, ahora sí.

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