20 años sin ser dueño de su propia vida, camino de otros 20 sin ganas de beber.
Nos pide anonimato pero él encantado de que contemos su historia en beneficio de otros, “para ayudar y que la gente sepa lo que es esto”. Sus palabras le salen solas y a borbotones, producto del espíritu eufórico que le caracteriza. Nos lo dice a las claras “estoy muy agradecido”, y no hay más.
La pesadilla por la que ha tenido que pasar antes de empezar el tratamiento de desintoxicación de alcohol, parece eso, un mal sueño que ha durado la friolera de 20 años. Su modus vivendi bañado en alcohol no le permitía hacer otra cosa más que dejarse llevar. Día enteros tirados a la basura, sin rumbo fijo y sufriendo un auténtico infierno. La bebida era el protagonista de su vida, y él, un simple decorado, como una marioneta sin guión. La guerra contra sí mismo ha sido su mayor batalla, encontrar a Tavad toda una victoria.
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