Dopamina, ¿placer o motivación?

¿Dopamina como inyección de placer o regulador de motivación?

Investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón en colaboración con la Universidad de Connecticut en EE UU estudian las aplicaciones médicas de este neurotransmisor y su funcionalidad en los individuos.

La teoría indicaba que al conseguir algo placentero, nuestro cerebro liberaba dopamina pero tras extraer los datos de diferentes proyectos de investigación realizados con animales para comprobar el papel que juega ésta en la conducta motivada, se ha demostrado que dicho neurotransmisor es el que nos mueve a actuar de forma previa, sea cual sea el objetivo, tanto si éste nos produce una sensación positiva como si, por el contrario, es de dolor o estrés.

Cuando existe una motivación excesiva, como en el caso de las adicciones, la dopamina se eleva durante el esfuerzo anticipado realizado por el animal hasta conseguir la droga, provocando la perseverancia en él, no está regulando lo que el animal siente en el consumo.

“La dopamina lleva a mantener el nivel de actividad para conseguir lo que se persigue, por lo que en principio es positiva, sin embargo, siempre dependerá de los estímulos que se busquen. Es válido tanto si el objetivo es ‘ser bueno en los estudios’ como si el fin es ‘consumo de drogas de abuso’, vale para la motivación normal y para la patológica”, apunta Mercè Correa, coautora del artículo publicado en la revista Neuron.

“Lo que la dopamina regula no es que lo vivido les produzca más placer, sino que están más motivados para actuar. La producción de dopamina se ha confundido durante mucho tiempo con la satisfacción, pensando que provoca que estas personas sientan más, cuando lo que hace es que sean más activos”, indica Correa en el artículo.

La nueva visión de la dopamina da pie a relacionar este neurotransmisor con posibles soluciones ante la depresión (falta de energía y motivación, niveles bajos de dopamina) o la adicción (perseverancia compulsiva, niveles altos de dopamina).

“Ahora sabemos que no está regulando las emociones, como establecía la creencia general, sino la motivación para satisfacerlas”, apunta la investigadora.

John D. Salamone, Mercè Correa “The Mysterious Motivational Functions of Mesolimbic Dopamine” Neuron, November 2012, Pages 470–485.

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