Feliz sin cocaina

De ser protagonista de las anécdotas más desagradables, a encontrarse encaminado y exprimiendo cada segundo.

Carmelo Carballo tiene 45 años, desde que era un adolescente y salía de marcha, la cocaína y el alcohol eran las drogas habituales para seguir la fiesta hasta altas horas de la madrugada. Este jovial y amable músico canario, amante del surf y el sol, nunca pensó que podía llegar a ser un adicto. Las mentiras a su mujer y la terrible escena que presenció en un cuarto de baño una noche, le hicieron despertar y darse cuenta de golpe del crudo camino al que estaba dirigiendo su vida. Ahora, tras realizar el tratamiento de desintoxicación de cocaína de Tavad, nos cuenta que es la persona más feliz del mundo. Lo hemos pillado en casa de su hermana, Zaida, y su cuñado, van a comer juntos, entre risas y con cierto jaleo de fondo, nos atiende. Carmelo nos relata cómo fue su vida rumbo a ninguna parte.

P: Carmelo, ya estás en tu tierra, Canarias, ¿cómo han ido estos dos meses tras salir del tratamiento?
R: Me siento muy bien, perfectamente, hace mucho tiempo que no me encontraba así, ahora sí que estoy viviendo de verdad, estoy sintiendo, antes no sabía ni dónde estaba, qué había hecho, dónde se iba el dinero que ganaba. Vivía en una mentira, tenía muchos altibajos, cinco días mal, uno bien y así…

P: ¿Qué droga consumías?
R: Yo empecé a fumar porros y beber alcohol desde muy joven, después comencé a pillar cocaína. En aquel entonces un gramo valía 20.000 pesetas, eran los 90, pero yo me las ingeniaba con mis amigos para reunir dinero y conseguirla. Lo tuve fácil para consumir coca.

P: Bueno, fácil… ¿Por qué?
R: Yo era músico, y bueno… (Ríe), ¡sigo siéndolo! Podía conseguir cocaína en el mismo bar donde actuaba, mi camello estaba allí. El dinero que ganaba en el escenario me lo gastaba en viajes al cuarto de baño para esnifar la droga. Pero, para mí no había problema porque siempre pensé que tenía todo bajo control.

P: Supongo que tu estilo de vida comenzaría a cambiar… ¿Estabas casado?
R: En aquellos años fue cuando conocí a mi mujer y nos fuimos a Alemania. Allí estuvimos ocho años y estaba muy contento con mi mujer. En Alemania, en el círculo en el que me movía nadie consumía, no había droga y no sentí la necesidad, allí jugaba al fútbol, era todo diferente.

P: Pero volviste a las andadas…
R: Sí, fue cuando vine de Alemania. En España empecé otra vez a salir de fiesta, y retomé todos los malos hábitos.

P: Carmelo, ¿cómo te diste cuenta de que eras adicto?
R: Yo no sabía si estaba enganchado, lo único que sé es que cada vez necesitaba más. Yo en un día me comía dos gramos y medio. No fui un adicto de levantarme por la mañana y esnifar cocaína. Podía estar una semana o dos sin consumir pero es que cuando empezaba no podía parar, me metía un montón de coca. Lo necesitaba para salir de fiesta.

P: Y cuando llegabas a casa con tu familia…
R: Estaba fatal. Después de una noche de juerga me venía la depresión, me he gastado un montón de dinero, pensando que ya no lo haría más, y a los dos o tres días se me pasaba y volvía.

P: ¿Qué es la cocaína para ti ahora, tras el tratamiento cocaina?
R: El problema con la cocaína es muy poco detectable, la cocaína es como el demonio en persona, porque no te das ni cuenta, al día siguiente estás depresivo. No podía parar y podía tirarme sin dormir 40 horas, estaba de fiesta y en casa de amigos. Mis amigos llevaban el mismo ritmo que yo, estaba todo el mundo igual. (Pausa, se queda pensando). La coca es una droga muy sociable, y no está tan mal vista en España. Aquí en Canarias se vive en la calle y se tiene buen clima todo el año. Vives con las puertas abiertas y la gente sale mucho, es turístico yo, por ejemplo, estoy ahora aquí sin camiseta y en pantalón corto, aquí está muy arraigado el consumo.

Yo soy músico, en el ámbito que yo me movía, sexo, drogas, y alcohol. Con el alcohol no tenía problemas lo que pasa que después de meterte un gramo era capaz de beber una botella de whisky, tenía el corazón a mil por hora, necesitaba beber. Sobre todo Whisky. Mi adicción era un cóctel, alcohol-cocaína, cocaína-alcohol. Yo me pegaba cinco o seis días sin beber o sin consumir pero cuando empezaba no podía parar, era compulsivo.

P: ¿Eres músico… En el escenario cómo llevabas esto?
R: Fatal, una vez salí al escenario… (Comienza a reír)… Y me puse a tocar de espaldas al público, ¡no encontraba a la gente!…Mi batería me dijo que me diera la vuelta, que estaban detrás. Iba muy colocado, imagínate… Menos mal que ahora puedo reír de aquello.

P: No consumías diariamente pero eras adicto. Socialmente la adicción se confunde, explícate.
R: Yo no era un consumidor diario, la gente se confunde, puedes ser adicto sin consumir a diario. Yo si iba a ver el fútbol al bar iba con mi medio gramo, para cualquier fiesta tenía que tener la coca en el bolsillo. Lo primero que hacía era llamar a mi camello… (Suspira) era como consumo asociativo a las relaciones sociales. Tenía que tener eso en el bolsillo. Es mentira, aunque consumas cada cinco o quince días puedes ser adicto. Discoteca y gramos en el bolsillo aunque el cuerpo te tiemble. Pensé que lo tenía controlado pero no, necesitas medicación y que te traten profesionales médicos. Solo no se puede.

P: Carmelo, presenciaste una escena terrible que fue lo que te hizo ver la luz ¿qué pasó aquella noche?
R: Aquella noche fue terrible. Yo al día siguiente quería ir a pescar. Pero me lié una vez más. Estuve consumiendo con un señor del pueblo y su hijo en el baño, cuando vi aquel padre con su hijo esnifando cocaína en aquel bar de mala muerte y yo con ellos en el baño, se me vino el mundo encima. Pensé en mis hijos y que pudiera verme compartiendo una raya con uno de ellos. Fue horrible… (Suspira). Esa misma noche, llegué a mi casa y le conté a mi madre lo que pasaba. Ella lo encajo fatal, mi hermana y mi madre lo sospechaban, mi mujer no tanto, porque no entendía de drogas, ahora le digo lo que hay.

P: Y ahora, tras el tratamiento cocaina… ¿Puedes ir a pescar?
R: Ahora pesco y ¡hago de todo!, (ríe enérgicamente), vuelvo a hacer surf y cuando me miro al espejo digo: ¡Qué guapo estás ahora Carmelo!

P: Qué bien… Se te ve muy contento, ¿cuándo saliste al tercer día de nuestra clinica de desintoxicacion qué pensaste?
R: Desde que salí de Tavad y volví a casa, en sólo tres días, me sentía muy bien, era como si te subieras a un coche y fueras al cielo, por fin estás ya en el camino donde quieres estar.

P: Has vuelto a los escenarios y sigues en tu mismo entorno… ¿Cómo se lleva eso?
R: Inmediatamente al salir de la clínica ya estaba trabajando y viendo la cocaína a diario, sigo haciendo lo mismo y lo disfruto como nunca, veo a la gente y puedo hablar de ello, ahora soy más sociable. Soy como quiero ser. Veo a la gente con sus whiskys y yo con mi botellita de agua tocando mi guitarra soy un tío feliz, me río más que nadie y cuento mis chistes.

P: Ha valido la pena… ¿recomendarías el tratamiento de cocaína de Tavad?
R: ¡Sí! ¡Por supuesto! Vale la pena, siempre vale la pena. Porque recuperas tu vida. Yo me he quitado veinte años de encima, me miro al espejo y digo ¡joder tío, qué guapo eres! (Ríe enérgicamente).

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P: ¿Y tus hijos?
R: Pues ahora estoy haciendo surf con mi hijo, es muy bonito, compartir la tabla de surf en vez de compartir una raya con él como hizo aquel señor del bar (suspira).

P: Carmelo, ¿qué tienes planeado para hoy?

R: Pues hoy fui al médico porque tengo tendinitis, antes con la droga ni me enteraba, tenía un tendón roto y me daba igual, ¿tú te crees lo bruto que era? ¡Ay por dios…! Ahora estoy en casa de mi hermana que está haciendo la comida porque vinieron mis suegros de Alemania. (Se escucha a la hermana reírse y bromear algo). Esta tarde voy a ensayar con mi ukelele un rato y después voy a ponerme con el terreno de mi casa que tenía abandonado. Quiero hacer un jardín precioso y que la música de mi banda ‘Parranda el Norte’ siga sonando.

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4 comentarios

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  1. Una historia personal mas de superacion personal, y demostracion que si se quiere y con el apoyo necesario , se puede reescribir nuevamente la vida, recuperandose la posibilidad de poder escribir cada mañana que nos levantemos la historia de un nuevo dia de libertad y fortaleza. Ademas los logros personales conseguidos, no solo ayudan a uno mismo, tambien son estimulo y energia positiva para muchas personas necesitadas de un nuevo aliento,y ejemplos como el de Carmelo son pura motivacion , y ejemplo de que el ser humano no tiene limites, y por ejemplo puede escapar de las garras de doña cocaina, que tanto desorden en todos los sentidos, crea. Muchas gracias por tu ejemplo Carmelo.

  2. Lo que me sorprende del relato es que continúe en su entorno habitual, incluso con gente consumiendo alcohol a su alrededor y consiga superar la tentación. No es que no crea en el proceso re habilitador, pues como profesional del sector confío en el proceso de recuperación, pero también es cierto que las adicciones como muchas enfermedades de carácter psicológico tienen un alto indice de recaída y más cuando el paciente vuelve a su contexto de vida el cual no ha cambiado aunque él si lo haya hecho…. me alegra que en este caso no haya sido así, enhorabuena!

  3. Enhorabuena Carmelo, has demostrado una gran valentía al dar tantos datos sobre tu persona.
    Espero que así puedas ayudar a más gente en situaciones tan límites.

  4. Cómo me alegro, Carmelo, enhorabuena! Esto de la droga es una mierda y, aunque algunos crean que no va con ellos, cuán equivocados están; ni se lo imaginan! Cualquiera de nosotros, pasando por un momento difícil puede ser víctima de alguna adicción: alcohol, tranquilizantes, coca, etc. El ser humano, por definición, es débil y, si el momento que le toca vivir se lo pone a mano, más aún. He escuchado, leído y conocido casos increibles. Ole por tí. Disfruta, vive y haz felíz a los demás. Un abrazo grande. Mar, desde Simancas (Valladolid). Ójala tu testimonio ayude a otros en esa situación.