El poblado ocupaba su mente y su cuerpo estaba anestesiado, hasta que 6 horas después, con los pelos de punta, volvía a nacer
Lanzarse al vacío una vez más. Esa fue la decisión que tomó A.C. tras su último ingreso por una flebitis.
“El día antes de entrar en Tavad seguía con metadona y hacía 5 días que había consumido heroína, entré hecho una mierda”, recuerda.
A.C. no sabía nada de ese tratamiento de desintoxicación ultra-rápida de heroína del que no dejaba de hablar su hermana, no le importaba. “Total, no tenía nada que perder, iban a ser sólo unos días. En ese momento sólo pensaba en hacer el tratamiento para que me dejaran tranquilo y volver a largarme después al Poblado”, comenta. Seguir leyendo «Los efectos de la heroina. Historia de una adicción II»