Cerebros momificados encontrados en una cripta muestran trazas de cocaína
Un descubrimiento reciente en una antigua cripta en Milán ha dejado a la comunidad científica perpleja. En este oscuro rincón de Italia, dos cerebros momificados del siglo XVII revelaron algo inesperado: ¡trazas de cocaína! Lo que llama la atención es que estos restos, hallados en una antigua cripta hospitalaria, contienen evidencia de consumo de coca, dos siglos antes de que se aislara la sustancia activa de la planta de coca para producir lo que hoy conocemos como cocaína pura.
Un descubrimiento cuidadosamente documentado
El equipo de arqueólogos y toxicólogos de la Universidad de Milán, investigó con extremo cuidado estos restos para asegurarse de que las trazas no fueran contaminantes del entorno. La cripta, sellada por siglos, parecía haber conservado las condiciones del lugar, así que los investigadores concluyeron que los rastros de cocaína hallados en los cerebros provenían de algo más. Al analizar profundamente el tejido cerebral, encontraron benzoylecgonina, una sustancia que se genera en el organismo al metabolizar la cocaína, lo cual confirmó que los restos pertenecían a personas que realmente consumieron esta planta antes de morir. También hallaron hygrina, un alcaloide exclusivo de la planta de coca, que selló la certeza de la presencia de la planta de coca en el consumo de estos individuos.
¿Cocaína en la Europa del siglo XVII?
El hallazgo ha abierto preguntas sobre cómo y por qué la coca pudo llegar a Europa en aquella época. En América del Sur, el uso de hojas de coca era habitual entre las poblaciones indígenas, especialmente en la cultura Inca, que las utilizaban por sus efectos para reducir el hambre y la fatiga, y como parte de rituales. Sin embargo, hasta ahora, no había evidencia clara de su presencia en restos humanos europeos de esa época.
Este descubrimiento en Milán sugiere que la planta de coca había comenzado a viajar por el Atlántico mucho antes de lo que se pensaba. Es posible que el imperio español, que dominaba gran parte de Sudamérica y también gobernaba Milán en el siglo XVII, pudiera haber introducido la planta en Europa. Las hojas de coca, que podían ser masticadas o consumidas en infusión, ofrecían un efecto estimulante comparable a una bebida fuerte, como un café, pero con efectos de euforia, reducción del hambre y la sed, características que sin duda interesarían en una Europa en crecimiento y en contacto creciente con los territorios de ultramar.
Consumo en clases bajas
Otro aspecto interesante del hallazgo es que los individuos momificados parecían de clase socioeconómica baja, según su forma de entierro y las inscripciones en sus tumbas. Esto sugiere que el acceso a las hojas de coca en Milán no era exclusivo de una élite y que probablemente estuviera al alcance de personas comunes, algo bastante distinto a lo que se esperaría de un bien exótico.
En ausencia de registros médicos de la época que indiquen un uso terapéutico de la coca, los científicos consideran posible que, al igual que en tiempos actuales, la gente recurría a la coca para lidiar con el estrés y la dureza de la vida cotidiana. Es posible que los efectos de bienestar de la planta dieran un alivio temporal a los pacientes del hospital, quienes probablemente enfrentaban condiciones de vida y salud extremadamente duras en aquella época.
¿Qué implica este descubrimiento?
Aunque quedan preguntas sin responder, este hallazgo abre la puerta a la reflexión sobre los contactos tempranos entre continentes y la difusión de prácticas de consumo. También nos recuerda que el uso de sustancias para "escapar" de la realidad es tan antiguo como la historia misma. En cada época y lugar, los humanos han buscado maneras de hacer su mundo más soportable, y parece que en el Milán del siglo XVII, algunas personas encontraron en la coca un alivio a sus dificultades.
Este descubrimiento aporta nuevas perspectivas a la arqueología y a los estudios históricos, destacando la forma en que, incluso antes de comprender las sustancias, las personas buscaban en la naturaleza elementos que les permitieran enfrentar los desafíos de su tiempo.