Aumento en muertes relacionadas con un fármaco común para la ansiedad
En los últimos años, el número de muertes vinculadas al uso de pregabalina, un medicamento comúnmente recetado para la ansiedad, ha crecido de forma alarmante en el Reino Unido. Este fármaco, que se vende bajo nombres como Lyrica y Alzain, se ha vuelto cada vez más popular, pero también más peligroso cuando se usa sin las debidas precauciones.
¿Qué es la pregabalina y para qué se usa?
La pregabalina es un medicamento utilizado para tratar condiciones como la epilepsia, el dolor neuropático y la ansiedad. Su uso ha aumentado rápidamente desde su aprobación en Europa y Estados Unidos en 2004, tanto por sus beneficios terapéuticos como por sus efectos secundarios que pueden llegar a ser “placenteros”: genera sensaciones de calma y relajación, y en algunas personas puede provocar incluso una leve euforia. Esto, sin embargo, ha hecho que la pregabalina también sea buscada como droga recreativa.
A pesar de sus beneficios, la pregabalina no está exenta de riesgos, especialmente si se toma sin supervisión o junto con otros fármacos. Como cualquier medicamento, tiene efectos secundarios (como dolores de cabeza o confusión) y puede generar dependencia, sobre todo si se usa a largo plazo.
El peligro de las combinaciones
La verdadera peligrosidad de la pregabalina surge cuando se combina con otras sustancias. Según investigaciones, la mayoría de las muertes atribuidas a la pregabalina están relacionadas con el uso conjunto de opioides, relajantes musculares o benzodiacepinas (otro tipo de fármacos para la ansiedad), ya que estas combinaciones pueden llevar a una depresión respiratoria severa.
Datos de muertes registradas en Inglaterra entre 2004 y 2020 muestran que más del 90% de las muertes relacionadas con pregabalina también implicaban la presencia de opioides en el organismo de la persona. Esto sugiere que muchas veces los pacientes no están obteniendo todas sus recetas de un médico, sino que combinan medicamentos de diferentes fuentes, incluidas las ilegales.
Un aumento en las prescripciones y las muertes
El uso de pregabalina ha aumentado de manera considerable: solo en el Reino Unido, se prescribieron 8,4 millones de recetas en 2022, comparado con 5,5 millones en 2016. Este aumento en el número de prescripciones también se ha visto reflejado en un aumento de las muertes relacionadas con el fármaco, que pasaron de 187 en 2018 a 441 en 2022.
La situación sugiere que tanto los pacientes como los profesionales de la salud necesitan estar mejor informados sobre los riesgos de este medicamento y de sus interacciones. Muchos pacientes no saben que tomar pregabalina con ciertos otros fármacos puede ser letal. Además, los médicos deben revisar las prescripciones de manera regular y evaluar si la pregabalina sigue siendo el mejor tratamiento, especialmente en casos de ansiedad, donde podría considerarse un enfoque psicológico.
Riesgo en grupos vulnerables
La pregabalina puede ser especialmente peligrosa para personas con antecedentes de adicciones o con trastornos mentales, quienes, además de la ansiedad, podrían tener problemas de comunicación entre los servicios de salud mental y los de adicciones, lo que aumenta el riesgo de interacciones peligrosas. En muchos casos, las personas que consumen opioides de forma recreativa o para tratar el dolor sin prescripción no comunican esto a sus médicos, lo cual agrava el riesgo de interacciones fatales.
Además, estudios muestran que el uso de pregabalina es más común en las zonas más desfavorecidas del Reino Unido, donde las personas no siempre reciben el apoyo necesario para comprender los riesgos de ciertos medicamentos o el peligro de mezclarlos con otros.
¿Qué se puede hacer?
Para reducir los riesgos, prohibir o limitar la pregabalina no es una solución viable, ya que es un medicamento efectivo que muchas personas necesitan para mejorar su calidad de vida. Tampoco endurecer las restricciones sobre la pregabalina en el mercado ilegal parece ser una solución, ya que esto podría generar consecuencias indeseadas, como sucedió en 2019, cuando fue clasificada como droga de Clase C y su uso ilegal creció.
Lo fundamental es entender por qué las personas combinan pregabalina con otras drogas, sean recetadas o no. Para que se tomen medidas eficaces, tanto pacientes como profesionales deben estar mejor informados sobre los peligros de la pregabalina, especialmente en combinación con otras sustancias, y deben existir protocolos de comunicación entre los diferentes servicios de salud para evitar interacciones peligrosas.