Un Opioide más Mortal que el Fentanilo

La creciente amenaza de los nitazenos

La crisis de los opioides ha dejado huellas profundas en la sociedad, y la llegada de nuevas sustancias ha complicado aún más la situación. El fentanilo, un opioide sintético que ha causado numerosas muertes, es ampliamente conocido. Sin embargo, un grupo menos conocido de opioides sintéticos llamado nitazenos está empezando a aparecer en casos de sobredosis, tanto en América como en Europa, y se considera incluso más peligroso.

Los nitazenos han sido objeto de alertas de seguridad en varios países debido a un aumento notable en las muertes relacionadas con opioides. Estos nuevos compuestos han demostrado ser extremadamente potentes, con algunos tipos que pueden ser hasta 100 veces más fuertes que la morfina. Lo más alarmante es que, en los casos de sobredosis, los usuarios de nitazenos suelen necesitar más dosis del medicamento que revierte la sobredosis, en comparación con aquellos que han consumido fentanilo. Esto plantea un riesgo significativo para la salud pública.

Orígenes y desarrollo de los nitazenos

Aunque los nitazenos fueron desarrollados en los años 50 como un nuevo tipo de analgésico, nunca llegaron al mercado. En la actualidad, parecen haber resurgido gracias a laboratorios clandestinos que han encontrado en investigaciones pasadas una base para la creación de estos opioides mortales. La popularidad de estas sustancias en el mercado ilegal está en aumento, aunque su alcance real sigue siendo incierto, ya que muchos laboratorios de pruebas no están preparados para detectarlas.

¿Cómo funcionan los nitazenos?

Los opioides actúan sobre los receptores mu-opioides en el cerebro y el cuerpo. Cuando estos receptores son activados, pueden aliviar el dolor y provocar sensaciones de euforia. Sin embargo, a diferencia de otros opioides como la morfina o la heroína, los nitazenos pueden provocar estos efectos a dosis mucho más bajas. Por ejemplo, en estudios con ratas, un tipo de nitazeno demostró aliviar el dolor a dosis diez veces menores que las necesarias para el fentanilo.

El problema principal es que, además de aliviar el dolor, los nitazenos también suprimen el sistema respiratorio, lo que puede ser letal en casos de sobredosis. En particular, un tipo de nitazeno puede causar apnea (la detención de la respiración) a una dosis inferior a la de fentanilo, y la recuperación de la respiración normal tarda mucho más tiempo.

Riesgos de adulteración

Además de su uso directo, existe un riesgo adicional con los nitazenos: su potencial para ser utilizados como adulterantes en otras drogas ilegales, como la cocaína o las benzodiazepinas. Esto significa que los consumidores de estas sustancias pueden estar ingiriendo opioides sin siquiera saberlo, lo que aumenta significativamente el riesgo de una sobredosis accidental.

La respuesta ante la crisis

Aunque la situación es alarmante, hay esperanza. Las sobredosis de opioides pueden ser revertidas con naloxona, un medicamento que bloquea los receptores mu-opioides y puede salvar vidas si se administra a tiempo. Las agencias de salud pública están subrayando la necesidad de educar a las personas sobre los riesgos de los nitazenos y la importancia de tener acceso a la naloxona.

La importancia de la educación

La educación es fundamental en la lucha contra la crisis de los opioides. Es esencial que quienes usan heroína y otras drogas estén al tanto de la existencia de los nitazenos y cómo actuar en caso de una sobredosis. Las campañas de sensibilización pueden ayudar a salvar vidas al informar a la comunidad sobre los peligros y la prevención.

Un desafío en evolución

La amenaza de los nitazenos es un recordatorio de que la crisis de los opioides está lejos de resolverse. A medida que surgen nuevas sustancias, la comunidad de salud pública y los gobiernos deben adaptarse y responder rápidamente. La investigación sobre estas nuevas drogas, su alcance y sus efectos sigue siendo crítica para entender cómo abordar esta crisis de manera efectiva.

En resumen, la aparición de los nitazenos representa un nuevo desafío en la lucha contra la adicción y las sobredosis. La conciencia sobre su existencia, los riesgos asociados y la educación sobre la reversión de sobredosis son pasos cruciales para proteger a las personas y reducir la pérdida de vidas. La comunidad debe mantenerse alerta y actuar para enfrentar este creciente problema de salud pública.

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