Uso de las Benzodiacepinas
Las benzodiacepinas son sustancias tranquilizantes muy utilizadas para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, los ataques de pánico y otras muchas enfermedades, además de como adjuntos en anestesia. También se utilizan para tratar y prevenir temporalmente crisis convulsivas, aunque esta capacidad desaparece a las pocas semanas de uso y por eso no se prescriben para el tratamiento profiláctico de las crisis convulsivas.
Las hay con efectos cortos de hasta 12 horas como el midazolam. Con efectos de duración media de 12 a 40 horas como el clonazepam y con efectos más duraderos, de 40 a 250 horas como el diazepam y el clordiacepoxido. A su vez el inicio de acción puede ser rápido como ocurre en el diazepam, intermedio, ej. alprazolam y lento, ej. clonacepam.
Adicción
Las benzodiacepinas tienen capacidad de reforzamiento y por lo tanto pueden crear adicción además de dependencia. Tienen potencial de abuso al menos entre las personas que padecen de ansiedad, o tienen una historia de consumo moderado de alcohol o antecedentes familiares de alcoholismo o abusan de otras sustancias.
Dependencia
Muchos de los trastornos para los que se prescriben las benzodiacepinas son de muy larga duración, de ahí que se tomen durante periodos indebidamente prolongados de uno o más años durante los cuales se origina una dependencia. En general, los pacientes no tienden a aumentar las dosis, pero el uso prolongado puede producir problemas no solo de dependencia sino déficits cognitivos que se mantienen incluso después de dejar su consumo.
Síndrome de Abstinencia
El síndrome de abstinencia de las benzodiacepinas suelen incluir varios de los siguientes síntomas: inquietud y agitación, ansiedad, pérdida de apetito, sudoración excesiva, hiperacusia, náuseas, fatiga, insomnio, temblor, mareo, tinnitus, despersonalización y desrealización, dificultad de concentración y memoria, irritabilidad, disforia y depresión del ánimo, diarrea, dolores de cabeza, palpitaciones, dolores y rigidez musculares, parestesias, fotofobia, aumento de la sensibilidad al sonido, al olfato, al tacto y al dolor, convulsiones y psicosis.
Este síndrome suele ser más grave cuando el tipo de benzodiacepinas consumido es de corta duración, también cuanto mayor sea el tiempo de consumo y mayor haya sido la dosis. Influyen además, el nivel de ansiedad y depresión previos a la descontinuación del consumo. Por lo general tiende a desaparecer en un período de 3 a 6 semanas, aunque también se puede prolongar durante varios meses e incluso años y también puede fusionarse con un rebrote de la ansiedad.
Combinación de Sustancias
Como las benzodiacepinas son además muy consumidas por personas dependientes de otras sustancias como el alcohol, la cocaína, o heroína y metadona, el síndrome de abstinencia en estos casos puede llegar a ser mucho más complejo y difícil de tratar.
Medicaciones
Para el tratamiento de la dependencia se utilizan diferentes medicaciones. Las más frecuentes son el propio diazepam con el que se retira progresivamente otras benzodiacepinas de vida media más corta y los anticonvulsivos como la carbamazepina, el ácido valproico y la pregabalina. Por otro lado, los antidepresivos atípicos como la trazodona, los inhibidores de la recaptación de serotonina y los betabloqueantes no han mostrado eficacia.