Definición del éxtasis
La metilendioximetamfetamina o MDMA se conoce popularmente como éxtasis, «Adam» o «XTC». Es una droga sintética e ilegal con propiedades alucinógenas y similares a las de la anfetamina.
La MDMA fue sintetizada y patentada por primera vez en 1914, de mano de la compañía alemana Merck. Aquellos científicos estaban buscando un fármaco que reprimiera el apetito. Más tarde, en 1970, fue empleado en sesiones psicoterapéuticas para ayudar al paciente a revelar sus sentimientos. Esta práctica se detuvo en 1986, al confirmar mediante estudios con animales los daños que el éxtasis producía en el cerebro.
Efectos del éxtasis
El comportamiento
Los consumidores de éxtasis aseguran que favorece las sensaciones de desinhibición y relajación, que aumenta su capacidad perceptiva, el sentimiento de placer y de energía. Aunque otras personas comentan efectos contrarios tales como dolores de cabeza, escalofríos, mandíbula tensa, visión borrosa y náuseas. Ciertas dosis pueden causar deshidratación, hipotermia y convulsiones; y han sido ya múltiples los casos de hospitalización por consumo de éxtasis.
Importante: Aparente normalidad
A pesar del grave deterioro cerebral que origina, el consumidor de éxtasis puede desatender este riesgo. El estudio del Dr. George Ricaurte, anteriormente citado, incluyó a usuarios habituales de éxtasis (200 dosis de media durante los últimos 5 años) quienes, sin embargo, mostraban una actitud aparentemente normal. Fue al someterse a tests de memoria y otras pruebas de habilidad mental, cuando se revelaron unos resultados muy por debajo de la media de los no usuarios.
Más información sobre qué es el éxtasis (University of Washington)
El cerebro
La MDMA infiere gravemente en el funcionamiento del cerebro: provoca la liberación de serotonina, bloquea la recaptación de serotonina y, en consecuencia, agota las cantidades de serotonina con las que cuenta el cerebro.
El Dr. George Ricaurte, profesor en neurología asociado a la Universidad Johns Hopkins, llevó a cabo un estudio del cerebro de varios consumidores de éxtasis empleando la tecnología del escáner cerebral, una técnica llamada Tomografía por Emisión de Positrones (PET). La conclusión del estudio advertía sobre el daño producido en las células neurotransmisoras de serotonina, que mermaban entre un 20 y 60% de su actividad.
Estos daños provocados en el cerebro del usuario afectan también a su comportamiento, reduciendo su capacidad de raciocinio o recuerdo. Incidencias agravadas por la dificultad para saber hasta qué punto estos daños perduran en el tiempo o pueden se hacen permanentes.