La cocaína y Sigmund Freud

Sigmund Freud y su adicción a la cocaína

El mundialmente reconocido como padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, era adicto a la cocaína. Sí, la cocaína y Sigmund Freud. Él mismo terminaría por reconocerlo al no poder evitar su consumo. Freud solía denominarla como “el elixir de la vida” y aseguraba que le “ayudaba a mantener grandes y profundas conversaciones”. A las fiestas intelectuales de Inglaterra a las que solía asistir con sus mejores galas, nunca olvidaba llevar varios gramos de cocaína en su chaqueta. Las cartas que recibió su prometida en 1886, relataban estas experiencias.

Freud descubre la coca

Finales del Siglo XIX, romanticismo, genialidad y pasión por lo exótico son las premisas que acompañaban una época con sed de investigaciones y descubrimientos científicos. Un jovencísimo Freud, apasionado por los mecanismos del cerebro, accede a la sustancia proveniente de Sudamérica comenzando a realizar sus primeros ensayos químicos. El médico austriaco y su círculo de amistades, químicos y expertos en medicina, estaban fascinados con el poder que el polvo blanco tenía para aguantar el hambre y el cansancio en las tribus iberoamericanas. En 1860, se conseguiría aislar la sustancia alcaloide que contenía la planta de coca. Fue entonces cuando Freud la probó por primera vez sucumbiendo irremediablemente a los encantos de la droga. En “Über Coca” (Sobre la coca), Freud escribiría sobre las utilidades, efectos terapéuticos y anestésicos que estaba descubriendo de la planta de coca.

Recetando cocaína

El libro ”Anatomy of Addiction” (Anatomía de la adicción), del autor, Howard Markel profesor de la Universidad de Michigan, recoge la adicción de Freud a la cocaína. En el libro se relata cómo la cocaína se introdujo en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX comercializándose en boticas con total normalidad y sin prescripción médica. Antes de que fuera declarada como una sustancia ilegal los farmacéuticos aprovecharon el boom de las ventas del alcaloide.

Freud entusiasmado con los descubrimientos que había realizado recetaba cocaína a sus amigos y pacientes asegurando que les haría “los días malos, buenos y de los buenos, días mejores”. El prestigioso psiquiatra estaba cautivado por el aumento del deseo sexual que le generaba esnifar el polvo blanco. En su artículo “Anhelo y temor de la cocaína publicado en 1887, el psiquiatra defiende a ultranza el uso de la cocaína frente a aquellos que la acusaban de ser terriblemente perniciosa.

Devastadoras consecuencias

Empezaba a ser habitual ver a Freud con la nariz siempre roja y húmeda. El psiquiatra comenzó a percatarse del dominio que la cocaína empezaba a tener sobre él. Las taquicardias iban en aumento. En 1896 y con 40 años decide dejarla. Para ello, intenta mantenerse todo el día ocupado, se levanta antes de las seis de mañana, atiende a un gran número de pacientes y se acuesta de madrugada. En estos momentos, desea olvidar la ansiedad que le causa. Tal y cómo se pensaba en un principio, la cocaína debería curar la adicción a la morfina, lejos de esto, el número de adictos comenzó a elevarse y las devastadoras consecuencias en la salud se hicieron notar pronto. A principios del siglo XX la droga fue estigmatizada.

¿Una carrera influida por el polvo blanco?

Muchos expertos aseguran que las obras y estudios de Freud fueron escritos bajo los efectos de la cocaína por lo que sus teorías serían consecuencia de estas influencias. Sin embargo, y más allá de este debate, todos coinciden en que el periodo más brillante del médico fue cuando la apartó de su vida. Si bien, el mismo Freud en sus últimos años diría que “el estudio de la cocaína era una distracción que estaba ansioso por concluir”.

¿Qué piensas del famoso psicoanalista? ¿Crees que sus teorías estaban en parte influidas por el consumo de cocaína? ¿Cuál es tu opinión sobre esta droga?

Si conoces a alguien con un problema de adicción a la cocaína no dudes en recomendarle informarse sobre una buena clínica de desintoxicación.

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