¿Dejan huella las borracheras de fin de semana? Consecuencias de las "noches locas"
El consumo de alcohol de forma crónica está considerado como la primera causa de las enfermedades del hígado por la sobreexposición continuada a la bebida y requiere de la realización de un tratamiento de desintoxicación de alcohol. Hasta aquí, no hay nada nuevo bajo el sol, pero ahora, los últimos hallazgos científicos añaden un enfoque distinto. La borrachera típica y puntual de los fines de semana produciría las mismas consecuencias para los bebedores ocasionales.
Las noches de alcohol sin medida son más perjudiciales de lo que ya se habría advertido. La factura que el cuerpo pasa tras la resaca es más cara de lo que se pensaba, no sólo pagaría nuestro hígado sino también acarrearía numerosos problemas futuros en nuestra salud.. - Así lo determina el equipo de Shivendra Shukla de la Escuela de Medicina en la Universidad de Misuri.
Los investigadores han constatado que las famosas y en principio, “inocentes borracheras”, “tienen un efecto propio y muy peligroso sobre el hígado”. Shukla, en primer lugar, estudió los efectos de beber hasta emborracharse combinado con un consumo crónico de alcohol. Por otro lado, se analizaron las consecuencias de una borrachera en personas no asociadas con un consumo crónico de alcohol.
Una borrachera, ¿cuántas copas son?
Siempre dependerá de la persona. No existe un “estándar de borrachera” aplicable para todo el mundo, aunque sí se han establecido unos parámetros oficiales para definir el consumo de alcohol en exceso.
El Instituto Nacional estadounidense sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), dictamina que, en el caso de las mujeres, tomar cuatro o más copas en dos horas equivaldría a una borrachera para las féminas. Los hombres tienen un poco más de aguante, aunque no mucho más. EL NIAAA, establece que los varones bebiendo cinco copas o más en 120 minutos ya han superado con creces los límites de alcohol en sangre permitidos en el cuerpo para no llegar al mareo etílico. Tanto hombres como mujeres en Estados Unidos, reconocen beber alcohol excesivamente al menos una vez al año. Pero, esta vez, contrariando al refranero popular, según el estudio, una vez al año, sí hace daño.
El equipo del laboratorio de Shukla comprobó en la exposición de alcohol en roedores como las borracheras amplificaban los daños hepáticos cuando ya había una preexposición debida al consumo crónico de alcohol. El hígado se ve envuelto en numerosos procesos metabólicos, incluyendo los que permiten la acción de fármacos y nutrientes, así como los subyacentes en la producción de múltiples agentes bioquímicos. Este hecho hace que sean absolutamente necesarios para el correcto funcionamiento de los riñones, los vasos sanguíneos, el corazón y el cerebro. Esto supondría que las borracheras no sólo perjudicarían al hígado sino que también crearían una respuesta inflamatoria en él afectando al resto de órganos de nuestro cuerpo. Por tanto, según los investigadores, la reacción a una noche descontrolada “viene a ser como una bomba de racimo provocando efectos nocivos muy graves que podrían dañar a otros sistemas del cuerpo”.
Beber hasta “perder los papeles”
En nuestro país, los principales afectados serían los jóvenes y adultos de mediana edad quiénes deciden apuntarse al desenfreno de la “cultura del botellón”. Una moda, exportada, al parecer, de los países anglosajones con Inglaterra a la cabeza y que penetró en una España donde se solía beber cerveza y vino en las comidas habitualmente. La actitud compulsiva a la hora de beber y el frenesí de la fiesta y los amigos, hacen perder los papeles a los más vulnerables a la bebida pudiendo conducir este hecho en una adicción temprana.
El alcohol, ¿la heroína del siglo XXI?
Sucedió en los años 80. El consumo de heroína y las muertes por vía intravenosa causaron estragos a los adictos y sus familiares. En nuestra era, el alcohol se ha asentado como una droga “aceptada culturalmente” . Aunque cueste reconocerlo, numerosos expertos coinciden en plena era de la sociedad de la información, Internet y las nuevas tecnologías, “los ciudadanos siguen estando desinformados tal y cómo sucedió hace más de 30 años con la heroína”. Las nefastas consecuencias se desconocían y ahora, a los jóvenes les puede ocurrir lo mismo. Según los especialistas de la Sociedad española de Medicina de Familia, “el compromiso de los padres y la educación de los menores juega el papel principal en la prevención de las lesiones por alcohol”.
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Lo que es una auténtica irresponsabilidad es que se sigan anunciando bebidas alcohólicas en todos los medios de comunicación en horario infantil, yo cada vez que lo oigo me pongo enfermo. Diversos estudios ya relacionan el abuso de alcohol con muchos tipos de cáncer y la sociedad no reacciona como ha reaccionado con el tabaco. Es tan malo el tabaco como el alcohol es hora ya de que nos demos cuenta de ello.