“Sin café no puedo empezar a trabajar. Tomo normalmente 4 tazas al día”
¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Marisa, administrativa de 39 años reconoce que “no puede vivir sin el café”. Recurrir al café es el remedio más habitual para despertarnos, aclarar las ideas y soportar los días duros aumentando las dosis de cafeína.